Thursday, August 10, 2006

A WiNDoW


Santa Marta y su cultura

ARTE E HISTORIA: UNA VISION, UN CUENTO
Por
Stefannia Doria Rincón

Santa Marta por ser un puerto, años atrás fue uno de los lugares de mayor riqueza artística del país; después de varios saqueos y disputas, aún queda algo de ese tiempo y esa es La Quinta De San Pedro Alejandrino, lugar donde simultáneamente la pintura del siglo XIX y la contemporánea, siempre están dispuestas a contarnos su visión de la historia con sus matices y colores.


Y se abren las rejas de la Quinta, un antiguo árbol de pivijay nos da la bienvenida y se postra ante nosotros como un óleo vivo que nos da una sutil idea de todo lo que hay colgado en las antiguas paredes de este lugar. Seguido a esto una encrucijada, izquierda la zona amarilla que guarda un pedazo del siglo XIX y derecha el blanco con toda la luminosidad del arte contemporáneo, estando allí el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo.

Pero para seguir un orden es necesario ir bajo la línea cronológica. Así, con un antiguo portón aparecen ante mi los rostros de una época, tal vez donde nuestro país y sobre todo nuestro arte, estaba en la búsqueda de su propia identidad; es el siglo XIX, el de los colores ocres como el de las paredes, además de los claroscuros, de las sombras, de la sobriedad y de la pintura como único registro de la realidad. Y uno a uno van apareciendo, son retratos con pinceladas muy finas que intentan ser lo más fiel posible, rostros expresivos y solemnes, óleos sobre lienzo y carboncillo sobre lienzo.

La pinturas que se encuentran en el lado amarillo de la Quinta son los retratos de personas importantes de la época libertador, ya que como era costumbre entre la gente de prestigio se solía guardar memoria con un cuadro. Estas obras ubicadas en la zona amarilla tienen características del realismo, por lo que intentan con su técnica copiar la realidad, la fisonomía, sin olvidarse de exaltar valores como el heroísmo y la libertad, haciendo que esta obras además de tener la influencia europea en cuanto a esos temas, lleguen a la pintura colonial, muy común en nuestro continente en ese siglo.

Todas las obras de la zona histórica tienen en común que además de buscar ese carácter burgués europeo, no dejan de tener esa atmósfera cálida usual entre el arte latinoamericano, que a pesar de seguir las rigurosas reglas de la academia del Viejo Continente, tienden a ser un poco más primitivas y rudimentarias en su período, aunque es ineludible no encontrar algunas influencias de la pintura de grandes maestros como Rubens o Rembrandt.

Algunas de las figuras que se pueden observar en estas obras son personajes que sin duda hicieron parte de la vida política de la ciudad o del país; tal es el caso de Joaquín De Mier, Mercedes Abrego De Reyes, Camilo Torres y Francisco De Paula Santander, entre otros que posaron ante los ojos de artistas que en algunas obras son anónimos y en otras aparecen bajo la autoría de F. Vadilla.

El paso del tiempo siempre va cambiando las costumbres, las historias, los colores, las influencias y hasta el lugar. Esa es la razón por la cual lo que falta por ver de la pintura dirige nuestros ojos hacia la zona de paredes blancas, en donde con diferentes instalaciones y esculturas nos empezamos a asomar al siglo XX de la pintura Bolivariana, es decir de las obras de Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela y Ecuador, que con toda una explosión y estilos muestran la apertura del mundo hacia la innovación.

Con dos salas temporales y tres permanentes, el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo nos expone a ese mundo en busca de la verdadera libertad, así que las pinceladas y la técnica de las obras deja de ser rígida, para convertirse en algo más suelto, fluido y expresivo, y es ahí donde se ven las influencias de movimientos como el impresionismo y el expresionismo europeos, que de una forma audaz y sublime le enseñaron a nuestro continente a salir de los estudios y empezar a interpretar la cotidianidad, lo subjetivo, lo imaginario y lo no superficial.

En esta parte de la historia que nos cuentan las obras de esta zona, se pueden encontrar interpretaciones especiales cargadas de creatividad al momento de recrear temas como nuestra raza.

1 comment:

JAIRO said...

"como era costumbre entre la gente de prestigio se solía guardar memoria con un cuadro".

Esa frase mata, porque no era costumbre, lo sigue siendo. Ya vere en menos de 10 años la Avenida Pablo Escobar Gaviria, si no es que ya la hay...