
UNA ACUARELA INVISIBLE
Por
Stefannia Doria Rincón
Describir lo que vi es muy difícil, ya que sin duda eso solo se siente y se saborea teniendo allí, al frente de los ojos tantas percepciones, simetrías, abstracciones, colores, momentos, en fin todo un recorrido por diferentes estados de ánimo, paisajes, escenas, profundidades, etc. De esta forma se podía pasar de la suavidad que caracteriza a esta técnica, a una propuesta muy audaz que de un momento a otro se convertía en una explosión de colores jugando con texturas, progresiones, luces y demás.
Además de esto, esta exposición era un breve recorrido por diferentes partes del mundo, ya que en estas salas, pasamos por los verdes parajes ecuatorianos y peruanos, cada uno con su vegetación, sus rosas, su frío su fertilidad; anduvimos también por Méjico, sus escenas Mayas, su urbe untada de historia. No podía faltar Colombia, las naturalezas muertas, el agua, el cielo, la abstracción, la locura cotidiana que son características de nuestro país. Y no solo fue nuestro continente, sino también dimos una vuelta por Europa, por las uniformadas playas españolas, sus calles llenas de flamenco y árabe desvanecido; una Alemania al natural llena de verde y de flores con su toque de ciudad. Pero allí también estuvo Italia, llena de bastos contrastes, los artistas nos mostraron que no es difícil pasar de una lluvia metropolitana de Milano o Roma, a los cielos de la Toscana o de repente retratar a la imponente belleza de la mujer italiana.
Así fue, una experiencia para no olvidar, una ventana que esta allí pero por estar en esta esquina pocos se atreven a venir a observar, o tal vez ni se enteran que aquí está, esperando a envolver almas con su sicodélica manta líquida.
La 2ª. Trienal Internacional de la Acuarela y Encuentro Internacional de Acuarelistas estuvo lleno de personalidades de la vida local y nacional, así como también los grandes protagonistas de la noche que eran los artistas, quienes procedentes de diferentes partes del mundo llegaron a Santa Marta con el fin de dar a conocer sus creaciones llenas de colores, influencias y visiones del mundo.
Sin embargo aparte de toda esta cantidad de personajes que asistieron, por una invitación, por protocolo o porque este evento ya estaba en sus agendas, no se vio alguna cara juvenil o infantil. Básicamente los que allí estaban eran los mismos rostros que aparecen en cada una de las exposiciones.
Así, es notable el arte en Santa Marta esta en agonía y que por eso se quedan en el anonimato y completo olvido oportunidades como la de esta exposición de apreciar nuestro entorno con por medio de los ojos de otras personas con la sensibilidad para recrearlo de forma diferente. Me aterra que pocos, en esta ciudad tengan el valor de experimentar visualmente nuevas sensaciones que solo el arte puede producir.